lunes, 2 de septiembre de 2013

Claro de Luna






Como era frecuente en cada curso, los chiquillos del instituto MorDeus insistían en demostrar quién de todos era el más valiente.
Éste curso no fue más particular que los anteriores…¿o sí?
Jonghyun Kim cursaba junto con su compañero Minho Choi en el centro, ya terminaban y como era de esperar, salieron los primeros rumores sobre los más inteligentes, los más raritos, los más cafres…¿Quién sería éste año el más valiente?

-Vamos, ¿qué tienes pensado? –Preguntaba Minho a su compañero.
-Aún no lo sé, Min. El curso del año pasado participó en una prueba de valor por el bosque…
-Y nos quedamos a cuadros cuando el ganador fue Onew, el miedoso…-Ambos se miraron y empezaron a reír.

Así fue. El año pasado, Onew Lee compitió con sus compañeros en una prueba de valor por el bosque. Éste, con un miedo de muerte recorriéndole el cuerpo, logró hacerse con la victoria y todo debido a un despiste. Logró atajar por el oscuro bosque nocturno hasta atravesarlo en mitad de tiempo y ser así el ganador.

-Vamos, tío, cuéntame tu plan.- Insistía su compañero.
-El plan es el siguiente. ¿Recuerdas el fantasma del antiguo centro? –Dijo Jong con una brillante sonrisa.
-¡No jodas! ¿Irás allí? ¿Te pondrás cara a cara con el fantasma del piano?
-Eso es. Let go, Min! Ya falta poco para la noche de brujas.

Pasaron los días, las clases, los alumnos, todos los institutos, la ciudad entera se estaba preparando para la noche más terrorífica del año. Jonghyun, ansioso por llevarse la placa al más valiente de todos, ya estaba preparado para lo que le esperaba en el antiguo instituto, en la antigua aula de música.





Estaban en frente del terrorífico instituto, aún no había caído la noche pero ya era tarde. Minho y Jonghyun saltaron la verja y entraron en el instituto. Todo parecía ir a pedir de boca y sería fácil grabar que habían entrado, pasado allí un par de horas y salir como si nada. Un plan sencillo y al menos de momento, a pedir de boca.




-Joder, Jong, se me ponen los pelos de punta.
-No es para tanto. Mientras no se te ponga tiesa todo bien –Echó a reír el moreno.
-Jajá…No estoy cachondo. Éste sitio tiene algo…
-Cobarde. Claro que tiene, un fantasma y estamos aquí para encontrarlo. –Miró el pasillo por el que iban.

Cierto era que ambos iban asustados. El lugar no era moco de pavo, erizaba la piel. Las pisadas resonaban y el eco se perdía conforme la noche caía sobre ambos.


Cabría destacar la pequeña aventura de Minho con Jonghyun, hace unos meses se cruzaron las palabras, el tacto y un poco más de piel que la permitida entre dos estudiantes de secundaria. Acabaron como debían acabar. Un joven Minho, esbelto e inteligente, montado por un alocado adolescente, fuerte y risueño, Jonghyun. Los gemidos eran recuerdos que solo ambos conocían y que estaban dispuestos a mantener en secreto hasta el fin de sus días. Había sido la primera vez para ambos y debía mantenerse en el anonimato.


Más bien para acallar los celos del pequeño Minnie, el novio de Minho. Este siempre iba diciendo que pasaba demasiado tiempo con el moreno, que si jugaban demasiado a los videojuegos y que SU novio pasaba de su cara por ir a ver fantasmas con el loco de Jong.

Justo esa tarde habían discutido. Taemin le dio un ultimátum a Minho. Le dijo, frente a Jonghyun…
-¿¡El o yo!? Decide, Minho. ¡No voy a estar esperando por ti! –Gritaba el pequeño Minnie con su voz aguda.
-¿Qué decida? No hay que decidir nada, Taemin. Jong es mi amigo y tú mi novio, no hay más que decir.
-El parece que está siempre entre los dos –Apuntó con el dedo acusador al moreno que callaba y esperaba por su amigo.
-Piensa lo que quieras. Esta noche estamos ocupados.
-¡¡Minho!!

El grito del menor llamándolo quedó en otro de los silencios prolongados a los que Minho le sometía una y otra vez. Era cierto que pasaba mucho tiempo con su amigo, pero eso era, un amigo y a ambos le gustaba la compañía del contrario. Lo que su pequeño pelo de fuego no comprendía era que su novio había pasado malos momentos con su amigo y por ello tenían una unión que nadie comprendería jamás.

-¿No piensas que te pasaste con Taemin? –Le comentó el moreno.
-¿Pasarme? No digas tonterías. Pasemos el tiempo que queda rapidito – Comentaban por el pasillo.
-Sí. Sí. –Le miró, lo agarró y le puso contra la pared polvorienta.

Minho no se resistió y ambos fundieron sus bocas en un cálido e intenso beso. Quizá no fuera el mejor lugar para un revolcón pero la situación tenía su morbo. Cuando se separaron al respirar, el aliento daba uno contra el otro, sacaron las lenguas y las enredaron como si no tuviera fin ninguna de las dos.

-J-Jong…aff..El..¡fantasma! –El asustado Minho, se fue al suelo cuando a la espalda del moreno vio una sombra blanca pasar de largo, a toda velocidad y…¿moviendo las caderas?
-¡Min! –Lo zarandeó. –Despierta Min, joder –Miró hacia la sombra. Pensó que debía ser alguno de otro centro y enojado por haberles interrumpido y dejarle a medias con el calentón, armado de valor, corrió hasta dar con…el aula de música.

-Te tengo.-Afirmó el moreno.


Muy a su pesar, no era así.
Al abrir la puerta que daba al aula de música, la melodía, “claro de luna” de Debussy.




En esos momentos, no supo qué escalofrío le recorrió el cuerpo pero su curiosidad era peor que todos los miedos que pudiera darle el encontrarse cara a cara con un fantasma.
Caminó, entró al aula y calló un fuerte grito al morderse la lengua. La puerta se había cerrado de golpe y de golpe, el joven se acercó apresurado a abrirla…sin resultado alguno. Parecía estar a cal y canto.
Sintió entonces una rara sensación por el cuerpo y tras girarse y mirar hacia el piano, la canción, se detuvo y en su lugar había ni más ni menos que…¿un amago de hombre?





No pudo ni concentrarse en que era un fantasma cuando ágilmente se le acercó. Lo siguiente que recuerda era las caricias sobre el abultado miembro guardado en los pantalones.

Si ese amago de Diva que estaba frente a él era un fantasma, sinceramente, en esos momentos era lo que menos importaba.

Cuando agarró su cabello, lo atrajo hasta sí y jadeó ante un fuerte apretón. ¡Dios! ¿Quién dice que los fantasmas no pueden ser tocados o tocar? Estaba claro que ese chico, de apenas unos años mayor era muy fácil de palpar y no se iba a quedar atrás. Lo movió y jaló del cabello hasta el piano, lo puso sobre este y se inclinó a morder, lamer y besar su cuello.

-¿Cómo te llamas? –Jadeó Jonghyun entre beso y beso.
-Aah…Mmn…Debe-rías..sa-aberlo…Eres tú quien ha…venido a …buscarme…-Gemía la Diva cada vez más alto, más agudo y más erótico para gusto del moreno.
-Responde y te daré el regalito que te traje. –Era mentira y ambos lo sabían pero para su comodidad, el joven respondió.

-Key…Mi nombre es Key…-Dijo girando al cabeza para verle.




Antes de que Jong pudiera maravillarse de más jadeos y gemidos que provocaba con besos y caricias, un fuerte empujón y…contra la pared. El polvo de muchos años saltó y bañó el aula pero, no era sino gotas de sangre lo que caía hacia el suelo.
¿Qué estaba pasando?  ¿Sangre? ¿Por qué Key era el fantasma y no la terrible profesora que todo el mundo decía? Las preguntas serían respondidas en un momento posterior.

La Diva, tras sentarse en el taburete del piano, se cruzó de piernas y relamió sus carnosos labios mirando al muchacho.

-Querrás saber lo que todo adolescente desea una vez llegado aquí, ¿cierto, Jonghyun?-Conocía su nombre, otra cosa que no importó al moreno, el cual asintió a espera de la historia.-Verás. Todo comenzó en mis años de práctica. Tenía que atender a jóvenes conflictivos y rebeldes, enseñarles que todo podía fluir mejor si se hacía a través de la música. –Girándose, acarició las teclas del piano.- Pero eran tan…malvados…-Se frotó uno de los ojos, en el cual llevaba purpurina y esta quedó esparcida por su rostro de forma, sin lugar a dudas, bella.- Me dijeron que…el piano dejó de sonar…y pobre de mí, lo quise reparar …Cuando abrí la tapa, una de las cuerdas saltó y cortó mi…garganta .- Se pasa los dedos por el cuello, en este pronto empieza a caer sangre hacia su mano.- Esos indeseables me asesinaron con el instrumento que más amaba en el mundo.

Jonghyun en todo momento escuchó a Key. No sabía si era por su voz, por sus gestos, por sus palabras. Todo de él le alteraba de una forma tan primitiva que estaba a punto de lanzarse sobre él y que, si hubiese podido, lo habría hecho.

Cuando la Diva terminó de contar su historia, liberó al moreno. Sus palabras fueron “Puedes marcharte, decir que me has visto y ganar tu trofeo.”. El joven seguí allí pero no parecía tener rencor hacia los que le mataron. Entonces,  ¿por qué no se había marchado?

-Key…¿Por qué estás aquí? ¿Por qué sigues atado a éste mundo?
-Si lo supiese…-Vio acercarse al moreno y antes de poder frenarlo, sus bocas se encaminaron en un baile sin frenos.

Besos, caricias y jadeos llenaron el lugar. La ropa fue desapareciendo, dejando paso a más piel, más gemidos por parte de la Diva y maldiciones por parte del joven Jonghyun. Le apretaba, le iba a reventar en los pantalones y lo que deseaban ambos en ese momento era sin duda el sentirse hasta lo más oscuro y profundo de su ser. Jong por escuchar la historia se había enternecido, empalizado con Key y por otro lado, el profesor había sido escuchado y atendido, más o menos, por el estudiante.
Pasaron los minutos para el mundo pero no para ellos. El juego de sentimientos conseguía que el aula ardiera en la pasión. Key acabó subido sobre la tapa del piano, Jong, de rodillas sobre el taburete y entre ellos, una erección que si llega a compararse con la de un animal, alcanzaría uno de los primeros puestos.

-Aah..¡J-jong!..¡Aah! Jonghyun..¿qué vas..a hacer?
-Um…Key..Dios..mira qué tiesa me la tienes…-Se roza en la entrada y aprieta el glande contra esta con lo que un ronroneo gatuno salió de entre los labios del maestro.
-¡Nyyaa-ah~ J-Jonghyun…Sí..Házmelo..Tanto tiempo..esperando a ser correspondido…-Sujeto de los hombros del moreno, con una mano acariciando, arañando y pellizcando la espalda del contrario, gritaba que le hiciera suyo…y no se hizo esperar.

El glande, la verga del alumno entró en el pequeño orificio del maestro, abriéndose paso, apoderándose del ser del fantasma y logrando que este entre delirios pidiera más, más…
Los movimientos de ambos, los sudores entremezclados y los gemidos, jadeos y alaridos resonaban por todo el edificio. Para cuando se quisieron dar cuenta, ambos se habían derramado y manchado al contrario y a sí mismos.

-Aah..Aahff…Dios…-Jadeaba Key acostado sobre el piano.
-Umff..Key..-Pellizcaba uno de sus pezones aún con los labios.

Pasaron las horas y comenzó a entrar el sol por la ventana. Se miraron a los ojos y todo parecía perfecto…pero no era así. Key iba desapareciendo, dejaba de ser palpable y sus jadeos, sus palabras y caricias eran cada vez menos sentidas.

-K-Key..no..no quiero que te vayas…-Gimoteó Jong. Jamás se había sentido tan atraído por otro hombre, ni siquiera con su amigo Minho.
-No iré lejos…-Acarició sus mejillas y dejó un casto beso en sus labios.- Cada noche esperaré a mi amado.-Fueron sus últimas palabras antes de desaparecer.

Pasaron los minutos y el moreno se vistió y fue al encuentro de su amigo, el cual se había olvidado de que estaba inconsciente en el pasillo.

-Ah..¿Quién anda ahí?-Preguntó Minho asustado aún.
-Soy yo,Min. ¿Te encuentras mejor? –Sonriendo y con una sonrisa y mirada brillante se acercó Jonghyun.- Ven, vamos a casa –Lo ayudó a levantarse




-¿Qué ha pasado?...¡Ah! El fantasma.
-Cálmate, no había ningún fantasma. Era una sábana.

Tras consolar y calmar a Minho, regresaron. Los días siguientes transcurrieron de forma extraña y peculiar. Quien dice días, dice meses. Jonghyun convencía a su amigo que pasara más tiempo con su novio, el cual, feliz de la vida, empezó a cogerle cariño hasta a su “rival”. Por su parte, Jong había aprendido a tocar el piano y pasaba todas y cada una de las noches fuera de casa. Sus padres pensaban que estaba metido en líos pero se alegraron al comprobar las siguientes calificaciones de su hijo. Empezó a sacar buenas notas, algo raro en él pero bien visto por todos.

No desatendía a sus colegas, sus deportes, ni siquiera descuidaba el echar siestas o pasarse un par de horas viendo la televisión…Todo ello se debía a que, en las noches, regresaba al antiguo edificio, al aula de música y allí dejaba escapar la pasión.

Key había perdido la cabeza casi tanto como el joven y por ello había decidido meses atrás que enseñaría a tocar su otra gran pasión a Jonghyun. El piano. Ese piano que tanto amaba y que por la torpeza de Jong no conseguía terminar completamente la partitura.

En una de las veces tras una noche llena de pasión y deseo, lujuria y gemidos llenos de éxtasis, Key acabó dormido antes que el moreno. Era extraño ver cómo un fantasma podía echar la siesta, según Jong. Como podía regañarle, azotarle cuando se equivocaba o mimarlo y besarlo como sólo él lo hacía.
Todo era muy extraño y esa noche…Fue sin duda, la segunda después del primer día en que se encontraron.

Jong se había puesto a practicar la partitura que Key le había enseñado. Sin duda, “Claro de Luna” era la favorita de ambos y esa noche…sonó la melodía.

En el mismo momento que terminó de tocarla, un grito de la Diva le sobresaltó.

-¡Key!¡Key, ¿qué pasa? –Se acercó a acariciar sus mejillas. Estaba pálido y a la vez, caliente.
-J-Jonghyun..Jong…Mi amor…Has tocado la partitura…-Le miró con un brillo nuevo en los ojos.-Oh…Jong…No dejes nunca de tocar…Cada vez que lo hagas…Estaré contigo…Siempre…Estaré…-Rompió a llorar sin poder terminar de hablar.
-¿Key?¿Qué dices?¿Por qué dices eso?-Asustado lo abrazó con fuerza contra sí.
-M-Me tengo..que marchar…Lo he sentido…He…Sentido…-Le miró con lágrimas por las mejillas y besó sutilmente sus labios.-¿Quién espera sino al amor? El piano..era el amor de mi vida..cuando estaba vivo…Y al fin…he podido escuchar …esa melodía…por parte de ti…Mi amor en la muerte…
-No..¡NO! Key, no puedes, no puedes irte. No puedes dejarme…Key…

Sus palabras, sus besos y caricias fueron lo último que se dirían ese día, el último día en el que se verían. Ya no había vuelta atrás. No habría una noche más en los brazos cálidos del moreno ni gritos de placer por parte de la Diva.

Al amanecer, antes de que desapareciera completamente su querido maestro, amante, su amor, le besó y prometió, juró ante el Claro de Luna que sería suyo en esta vida y en la siguiente.

Las palabras de Key sin embargo, fueron más dolorosas...

-En esta muerte te esperaré…Y con la música te abrazaré…Sigue tocando, mi amor…Jonghyun, te amo…
-Key…Te amo…En vida y muerte, siempre tuyo…

En el beso, el fantasma desapareció y Jonghyun, abatido. Quedó en silencio hasta pasadas las horas, tantas horas, tanto silencio que llegó la noche y allí, en el aula de música, nada apareció.

Pasaron los días. Jong seguía sin tocar, sin hablar con nadie, vagabundeaba de aquí para allá, siempre regresando al antiguo edificio hasta que un día, se observó cómo iban a demolerlo. Pidió que no lo hicieran pero era o pagar la cuantía del terreno o quedarse a observar.

Ojalá fuera millonario, se dijo a sí mismo. No pudo hacer nada pero sí que logró rescatar el piano del aula y llevarlo a casa.

Un día, al caer la noche, escuchó levemente la melodía, esa melodía. ¡Key!

Corrió escaleras abajo hasta el salón donde allí estaba, pulido, impecable y perfecto, listo para ser tocado pero nada sonaba.

Con tristeza se sentó en el taburete y golpeó las techas. Estas, chirriando emitieron un sonido particular a un sollozo. Fue entonces cuando recordó las palabras de su amado…”sigue tocando”.

Cogió valor y empezó a tocar…Con cada nota, una caricia sentía recorrerle el cuerpo…Acabó la melodía…Con lágrimas en los ojos, por las mejillas, cayendo hasta las teclas.

-Jonghyun…Mi amor.-La voz de Key, las palabras y el tacto de un abrazo por la espalda, le devolvieron la vida pues, sin él a su lado sentía que estaba muerto en vida.
-K-Key…Seguiré tocando…Seguiré…Por ti, mi amor…

En los meses siguientes Jonghyun volvió a tocar, se licenció y emprendió un viaje por el mundo buscando que su talento despertado un día de terror fuera valorado y poder compartir con el mundo entero el amor que había surgido entre él y su querida Diva.

Con los años fue haciéndose más y más popular, un famoso maestro y un compositor y pianista de alto escandid hasta que un día de regreso a su hogar.

Supo que en el terreno donde estaba el edificio seguía abandonado. Lo compró y edificó en él un centro de música donde pudieran enseñar y aprender jóvenes entusiastas el secreto de las melodías.   



Lo contado por Jonghyun ante los medios en la inauguración del centro fue:

-Por el amor de la gente, encerrado en los sonidos de la melodía. Por todos aquellos para que puedan encontrar su “key” en los instrumentos.  

4 comentarios:

  1. Ahora que me he limpiado las lágrimas...SIn palabras...Ha sido precioso..La muerte no es más fuerte que el amor...
    Me ha encantado,de verdad.
    Está lleno de emociones...

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    1. Muchas gracias.
      Aun sin saber escribir, el transmitir las sensaciones y sentimientos creo que lo he logrado.

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  2. Que historia para más bonita. El final me ha encantado tanto que me ha echo llorar, sin palabras,realmente muy bueno el escrito.

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